Hola, familias.
Esta semana tendréis una entrada más breve y os daremos
tregua de tanta información al inicio de curso, unido a la resolución provisional
del bono que Macu os ha tenido pertinentemente informados. Esperamos que os
hayan gustado los disfraces de pollos (aula de 1 año) y gallinas (aula de 2).
Era una probatura para conocer si estaban dispuestos a disfrazarse, si se
ponían nerviosos o protestaban: la verdad es que ha sido un éxito y han
disfrutado al verse en el espejo (y entre compañeros/as). El grupo sigue
progresando en su adaptación y se encuentran felices en el aula, recuerdan partes
de las rutinas y se entusiasman cuando escenificamos las canciones (y recuerdan
sus gestos) o escogen los álbumes que dispongo en el aula. Son un grupo
entrañable y se están soltando cada vez más (síntoma de que se sienten como en
casa). Tampoco hay situaciones conflictivas, pequeños enfados o disputas
típicas de su edad (y sus características psicoevolutivas) que no se solucionen
con el diálogo o que terminen con un gesto de compañerismo. En definitiva, el
ambiente del aula es plácido y a medida que conocen las rutinas del centro son
capaces de mantener una atención sostenida durante más tiempo.
Las actividades se han relacionado con el álbum más vendido y
con un mayor número de traducciones en el mercado editorial internacional: La
pequeña oruga glotona de Eric Carle (que tristemente falleció este año y da nombre a un Museo especializado en literatura infantil en Estados Unidos). Os
comenté ya muchos aspectos sobre el soporte del libro-álbum en la entrada
anterior, así que simplemente recordaros que un álbum habla desde todo su
diseño: el soporte material o formato, el texto (o la ausencia de este en los
álbumes sin palabras) y la imagen. Y que son un artefacto indispensable en los
inicios de su educación literaria y artística. La pequeña oruga glotona tiene
diferentes formatos editoriales, merchandising, cortos animados e incluso apps
que lo convierten en un referente cultural desde que se publicase a finales de
los años 60 (1969). Incluso apareció en Los Simpsons. ¿Por qué le gusta a los pequeños lectores? El contraste de los colores de sus collages a partir de papel pintado con el blanco del fondo de la página, centrar sus libros en los valores de la amistad, el mundo de los insectos y la naturaleza en los que sus narraciones encadenan página a página repeticiones para que, a medida que se los lea el adulto, el niño/a recuerde esos fragmentos en compañía del adulto (experimenta el éxito y que, aunque no sepan leer, son capaces de seguir la narración y anticiparse a la siguiente página).
Aquí tenéis algunas imágenes de las actividades. Para el
móvil la tarea era que pintasen con pincel para que progresen en su prensión y
jueguen con las características de sus capacidades expresivas en los dibujos típicos
de esta etapa (el placer motor de extender el color). Y, más compleja, la
motricidad fina de colocar en la lámina de acetato los papeles de celofán (y el
pegamento que tiene la lámina). Con estos recursos jugaremos en más ocasiones
para que observen la creación de colores secundarios a partir de los primarios.
Finalmente, una lámina con posturas de yoga que emplearemos durante el curso y que, a partir de los animales, nos servirán los lunes que realicemos narraciones motoras (un cuento que aprenderán a expresar con su cuerpo o escenificar la narrativa de un álbum como Arturo de Oli y Marc Taeger en la editorial Kalandraka). Aquí tenéis la imagen por si queréis emplearla en casa.
Feliz fin de semana.
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