Hola, familias.
Última entrada del blog para este curso 2021/22 que ha
finalizado de una manera más relajada en el aspecto sanitario que al inicio de
curso. A lo largo de esta entrada incluiré algunas de las imágenes de las
actividades y manualidades que hemos realizado en ambas aulas, pero será una
entrada que nos sirva de recapitulación para el alumnado que termina su etapa
educativa en el centro y comienza el segundo ciclo de Educación Infantil en el
centro en el que pasarán esa etapa y la de Primaria. Y, por otra parte, una
entrada que celebrará la continuidad el curso que viene del aula de 1 año. El
blog, como habréis comprobado durante el curso, se centra más en la actividad
del aula de 2 años y es porque es difícil trasladar todo lo que conlleva la
educación en esa edad: está centrada en los afectos, los cuidados y la
estimulación sensorial. Contenidos intangibles que son difíciles trasladar en
palabras e imágenes.
Estamos muy contentos del grupo que tendremos el curso que
viene y que se ha completado con más alumnado del que hemos tenido estos dos
cursos con la pandemia como telón de fondo. De todas formas, para el alumnado
que sigue el curso que viene no hemos querido completar el aula al máximo de la
ratio permitida por diferentes razones (hemos conformado un grupo de 15 dentro
de que tenemos 17 de tope). Esto conecta con algunas de las reflexiones que
aluden al aula de 2 años que termina este curso. Durante estos dos años la
matriculación y el miedo por la situación sanitaria y económica de la pandemia
hizo que tuviéramos grupos de 9-10 alumnos. Estamos acostumbrados a un número
más elevado (en estas edades, especialmente, un niño más o menos es una gran
diferencia). Esto que desde el punto de vista empresarial sería lo menos recomendable
(recordamos que las escuelas de este primer ciclo son pequeñas y medianas
empresas creadas por mujeres y no tenemos el sesgo ideológico o cultural que se
asocia a la escuela concertada o privada), pero hemos disfrutado de estos
cursos y nos ha reafirmado en nuestra idea de escuela. Esto ha permitido una
atención prácticamente individualizada en la que la convivencia ha sido
pacífica, sin incidentes y con un cuidado por cada uno/a de ellos/as que ha
sido continuo. En definitiva, la idea es que este primer contacto con la
escuela sea un puente entre los afectos del hogar y la aproximación a su futura
etapa escolar.
Además de las atenciones individualizadas, el clima de aula
ha sido excelente. Una de las preocupaciones durante la pandemia era la disminución
de los niños de interacciones sociales por riesgo al contagio, nacieron en un
momento de encierro y que no podíamos salir a la calle. El que el grupo fuera
reducido ha provocado que el contenido educativo esencial, además de todos los
que pueden figurar en un decreto como el 37/2008 que está a punto de
modificarse, fuera crear un grupo humano que estableciera lazos y el tiempo se
centrase en dejar tiempos para que desarrollasen juegos de manera libre, sin
depender tanto de mi intervención y que supieran que estaba presente observando
y como apoyo para cualquier situación que les resultase disruptiva.
Eso, como comprenderéis, es muy difícil trasladarlo en
imágenes. De todos modos, creo que lo comprobáis cuando salen del centro o se
encuentran con otros compañeros (la salida en el centro, además, tiene
diferentes horarios y no siempre es fácil comprobar esto por parte de los
progenitores que no podéis recogerlos y son otros familiares los encargados -ya
sabéis, la conciliación familiar y laboral-). Especialmente es notorio con las
familias que los recogen a las 15:30. No se quieren ir sin despedirse de sus
compañeros, se esperan en la puerta a que salgan, quieren seguir jugando en la
calle… Esos valores son intangibles, pero hablan de la calidad humana antepuesta
a cualquier postureo educativo que esté en boga. Y, ese privilegio, ha sido mío
todos y cada uno de los días que han asistido al centro. Verlos cómo se
conocían al inicio de curso, se aprendían sus nombres, establecían lazos, se
imitaban, los que más hablaban, servían de modelo para los más tímidos y tantas
otras situaciones de aula en las que se han formado como grupo.
Se quieren, se buscan, se abrazan, cantan juntos, crean
juegos, imaginan, discuten y se ríen. A veces, todo a la vez. Ya sabéis como
son. Para mí ha sido el objetivo esencial de este curso, sentir que fueran un
grupo humano unido y que disfrutasen de la escuela como un lugar al que desean
ir cada mañana. Considero que hemos conseguido muchos de nuestros objetivos, pero
como somos exigentes siempre pensamos que lo podríamos hacer aún mejor. Pero
esto es como el mito de Sísifo, que no
hemos terminado un curso y ya reflexionamos en cómo mejorar el siguiente.
Para nosotros ha sido (y será) un auténtico privilegio
formar parte de esta primera parte de su etapa educativa, ya sean los que
termináis vuestra etapa educativa en el centro, como los que seguís el curso que
viene. Nos encanta comprobar como gran parte del alumnado matriculado había
traído con anterioridad a sus hermanos/as mayores. O cómo los hermanos pequeños
se incorporan el curso que viene. Nos gusta que seáis reincidentes con
nosotros, nos indica que algo haríamos bien con anterioridad. Para el alumnado
que sigue el curso que viene deciros que estamos con ganas de que todo lo que
hemos aprendido durante estos cursos sirve para que los retos del curso que
viene sigan siendo mejorar con respecto a cursos anteriores: dejando lo que
funciona como intocable y las enseñanzas sirvan para mejorar otras cosas. No
porque estén mal, sino porque las ideas maduran y son como las ramas de un
árbol que se expanden hacia el horizonte.
Tanto para el alumnado que sigue (y el mes de julio empiezan
sus vacaciones), como para el del que nos despedimos (aunque sigan muchos en la
escuela de verano), tan solo podemos desearos lo mejor y esperamos que sigan
siendo tan felices (o más) en su nueva etapa educativa. A las familias, por
supuesto, mil gracias por depositar vuestra confianza en la crianza de vuestras
hijas e hijos. Esperamos que estéis satisfechos con la labor del centro durante
el curso y que en la nueva etapa educativa sigáis participando activamente como
lo habéis hecho en diferentes dinámicas propuestas. Para nosotros es muy
emocionante verlos crecer y evolucionar cada día, sentir que se sienten el aula
como una prolongación del hogar y notar su cariño es un tesoro que esconderemos
en nuestra isla particular. En nuestra cajita de fósforos donde guardamos las
estrellas, como el poema de Maria Elena Walsh. Ellos y ellas han sido las
verdaderas estrellas. Nosotros brillamos gracias a todos vosotros, por vuestro
amor y confianza. Ahora, como si pasase una estrella fugaz, cerraré los ojos y
pediré un deseo. Por desgracia, este ya se ha cumplido. Ese deseo era disfrutar
de un grupo humano (familias y alumnado) tan excepcional como el que habéis
formado.
Muchas gracias por todo familias.
El mes de julio no actualizaremos el blog con las
actividades que realizaremos, nos tomamos vacaciones digitales. Estamos
convencidos que pasaremos un verano estupendo con gran parte del alumnado que
continúa y con el antiguo alumnado que se suma a la escuela de verano para
reencontrarnos. Hasta el 29 de julio no será el momento de despedida, pero
sirva esta entrada como reflejo de cierre de telón del curso 2021/22. Nunca
podríamos ser la escuela que somos sin vosotros (desde 1991, nada más y nada
menos).
Un abrazo enorme de Ana, Macu y Fran: Centro de Educación
Infantil Bambi.